Este poema "ocurrió" en el año 2002 ó 2003, no recuerdo, en una gira que un grupo de intelectuales cubanos (músicos, actores, escritores, pintores) hicimos por el centro de la isla. Todo cuanto se cuenta en él es verídico. Ahora que Cintio ya no está, lo he hallado entre mis cosas, y lo comparto con ustedes como un humilde homenaje a su memoria, y un abrazo en la distancia para Fina, desde un cálido rincón de esta provincia andaluza. (El poema pertenece a mi libro Amenaza de pandemia)
desayunando con fina garcía marruz y cintio vitier en un hotel de sancti spíritus
para josé maría y sergio vitier, amigos y maestros; para natalia
fina y cintio no eran todavía fina y cintio
y ya eran fina y cintio sin saberlo
escondidos tras el piano de su casa
para escuchar cómo un tal federico
amigo de sus padres
hablaba entusiasmado de un lugar lejanísimo
llamado almería
fina y cintio no eran todavía fina y cintio
cuando tomados de la mano
decidieron convertirse en fina y cintio
casarse y viajar juntos a almería
so pretexto de volver a la habana
con la maleta llena de poemas
fina y cintio no eran todavía fina y cintio
cuando escondidos tras el piano
juraron envejecer amándose
y el piano los oyó y les prometió dos hijos
fina y cintio no eran todavía fina y cintio
cuando empezamos a desayunar
graciosos niños con el pelo blanco
graciosa parejita con las manos cogidas
incapaces de abandonar su escondite tras el piano
en cuanto supieron que natalia era almeriense
|