1.
¿Hay algo que provoque en esta vida
más pena que romper un huevo frito?
A mí cuando me pasa pego un grito
Como si fuese yo la yema herida.
De pronto la saliva se me oxida,
Toma una amarillez color pollito
Y me entra un mal humor que ando contrito
El resto de ese día. No hay salida.
Tan fácil que parece. Aceite hirviendo.
Cáscara frágil. Cierta habilidad.
Hambre y deseo. De verdad, no entiendo.
¿Problemas de psicomotricidad?
¿O estase el huevo frito defendiendo,
Bullendo en gritos de inconformidad?
2.
Mirar la yema rota es deprimente.
Pálido yo y hepática la clara.
El huevo tiene ya tan mala cara
Que yo tengo la piel de aceite hirviente.
160 grados (¿suficiente?)
Con seis dedos de aceite, por y para
que el huevo sumergiésese y nadara
Como mandan los cheffes, normalmente.
Entonces, que pasó, por qué lo has hecho.
Entonces, qué pasó, por qué te has roto.
Si incluso estabas fresco, ¡hijo de puta!
Y he aquí que el huevo entonces, saca pecho.
-Por favor, tomen nota y hagan foto.
Que no nos casque más, quien no disfruta.
3.
Encima de salir de un hueco oscuro,
Encima de vivir adocenado,
Encima de tenerme conservado
Pasando un frío enorme, se los juro,
Encima de que siendo delicado
Me coge en su manaza con apuro
Y me golpea fuerte y descuidado
En la sartén caliente, metal duro.
Con todo este ajetreo, esta movida,
Encima, ¿si me rompo se incomoda?
¿Y luego me echa sal sobre la herida?
¡Me rompo y bien!, ¡me desparramo "toda"!
No me importa lo estético en comida.
Si no le gusto roto, que se joda.
4.
Y visto el huevo roto, amarillento.
Y oído su discurso ovincendiario,
No queda otro remedio, se los cuento,
Que renunciar al huevo frito diario.
Tendreme que buscar otro alimento.
Tendré que reinventar mi recetario.
Me encanta el huevo frito, mas lo siento.
Me paso al "lesbianismo culinario".
No frío un huevo más en el futuro.
Qué pena. Qué vergüenza. Qué bochorno.
Tortilla o huevo duro, estoy seguro.
O mejor, escaldado. O huevo al horno.
Porque esto de "tortilla" y "huevo duro"
Parece cartelera de web porno.
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