por Roly Ávalos
El cantante uruguayo y el repentista cubano participan en el Festival Viva la canción, que organiza la Casa de América de Madrid por segundo año consecutivo, con el objetivo de recaudar fondos para UNICEF en Haití.
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Drexler-Pimienta: un binomio explosivo. |
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Complicidad, humor, creatividad al rojo vivo. |
Jorge Drexler nació en tierra de payadores (improvisadores de décimas) y Alexis Díaz Pimienta en tierra de repentistas (lo mismo, pero en Cuba).
Jorge Drexler estudió medicina, pero la guitarra y la canción lo sedujeron hasta labrarse un camino lleno de buenos "ecos" y mejores "tramas".
Alexis Díaz Pimienta es escritor, ha publicado hasta la fecha 25 libros (novelas, poemarios, cuentos, ensayos, libros infantiles) y ha ganado numerosos premios en Cuba y España, pero su gran pasión sigue siendo el repentismo, la improvisación de versos, un arte que comenzó a cultivar desde muy niño.
Ambos artistas latinoamericanos viven desde hace más de una década en España. Drexler en Madrid. Pimienta en Almería. Un día (hace varios años) el oscarizado (y goyizado) Drexler estaba compartiendo con Joaquín Sabina y el de Úbeda le "regaló" unos versos de Chicho Sánchez Ferlosio, con una condición, que los usara de estribillo para una pieza musical, y con una petición expresa: que la canción estuviera escrita en décimas, conocedor Sabina del importante equilibrio entre las formas. Aquellos versos no eran otros que “yo soy un moro judío / que vive entre los cristianos / no sé qué Dios es el mío / ni cuáles son mis hermanos”, y la canción, ya saben, uno de los mayores hits del cantante uruguayo. Pero Drexler ha confesado en los últimos conciertos (Teatro Coliseum de Madrid, Centro Cultural Medina Elvira de Atarfe, Granada, y Palau de la Música de Barcelona) que aunque él nació en tierra de payadores no conocía la décima, y tuvo que recurrir a Google para aprehender su barroca estructura. Así nació la canción, y así su surgió su amor desmedido por esta estrofa que nació en Málaga, pero que durante siglos ha sido la reina de la poesía popular y la improvisación al otro lado del Atlántico. Atrapado por la magia de la décima, Drexler ya no pudo (o no quiso) escapar de otra magia, la de la improvisación de esta estrofa, la más compleja de la lírica española. Y esta fascinación le hizo seguir navegando por Google, Youtube y otros portales de Internet en busca de noticias y argumentos para “amar la trama” de ese “nuevo mundo”. Y así descubrió que existía un cubano, llamado Alexis Díaz Pimienta, que hacía con la décima los malabares más increíbles, “lo más asombroso que he visto hacer a un cerebro humano”, según sus propias palabras. Y ya estaba Drexler dispuesto a tomar el avión e irse a Cuba sólo para conocerlo (aún no ha estado en la isla) cuando supo que Pimienta vivía en España y que tenían algunos amigos en común. Y como por arte de magia, mediante emails, teléfonos móviles y redes sociales, Drexler sacó a Pimienta de Youtube y lo sentó en la sala de su casa madrileña. Y así, de esta manera un tanto rocambolesca, surgió un espectáculo poético-musical que ha dejado boquiabiertos, mudos, de pie y aplaudiendo a miles de personas en Madrid, Granada y Barcelona en los últimos meses. A los ya de por sí intensos y hermosos conciertos de Drexler presentando su último trabajo discográfico (“Amar la trama”), con banda o en acústico, el cantante uruguayo ha sumado, como una sorpresa tan imprevisible como explosiva, la presentación en grande (y a lo grande) del repentismo de Alexis Díaz Pimienta, algo que ha sobrepasado todas las expectativas y ha tomado por sorpresa a público y crítica, que en muchos casos no habían oído nunca hablar del repentismo.
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Canción y repentismo: un cóctel que ha hecho vibrar a miles de personas | . |
Del primer concierto, en el teatro Coliseum de Madrid, dijo el diario El País, refiriéndose a Drexler:
“La comunión entre artista y concurrencia no la pudo parar ayer ni una severa afección de garganta […] Dos horas y media cantó, parlamentó y cautivó...” Y luego remató: “Pero la conmoción llegó con el repentista (improvisador) cubano Alexis Díaz Pimienta, cuya capacidad para componer décimas sobre la marcha supera los límites de lo prodigioso” (Fernando Neira, El País, 4 de abril de 2011).
Del segundo concierto, en Atarfe, nos quedan los atronadores aplausos que se ven en los vídeos, y alguna décima improvisada. En uno de los videos se ve cómo Drexler bebe agua de una pequeña botella, y el repentista le dice, sin respiro:
“Esa agua que en la botella / parece disminuida / es la esencia de la vida / no vivirías sin ella. / El agua deja una huella / al fondo de la garganta / y mientras se te agiganta / el alma de trovador / el agua te hace el favor / de hacerse sólida, y canta”.
Y por supuesto, crecieron los aplausos, vítores, bravos, oles... emociones a chorro.
Y del tercer concierto, en un escenario tan imponente como el Palau de la Música de Barcelona, ante más de 2000 espectadores, el impacto del repentista cubano en su diálogo con Drexler fue tal, que el diario catalán Avui lo recogió en estos términos: “Drexler invitó Pimienta al escenario, y ambos abrieron fuego verbal y se retaron a un duelo de improvisación en décimas. El Palacio quedó mudo ante el virtuosismo de Pimienta (ante, también, los intentos torpes de Drexler, siguiéndolo como podía) y, por otro lado, fue tierno y cálido ver cómo Drexler se desnudaba y se mostraba vulnerable, emocionado con un arte del que él era el aprendiz ante el maestro”.
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Y por supuesto, el público participó del espectáculo. |
En el festival ¡Viva la canción! (del 18 al 23 de mayo) participan, además, casi una veintena de músicos y cantautores iberoamericano, algunos de gran renombre internacional y otros que están abriéndose camino: Martín Buscaglia, Max Capote, Bigot, Javiera Mena, Algodón Egipcio, Las Acevedo, Lisandro Aristimuño, Andrés Correa, entre otros.
FRAGMENTOS EN VÍDEOS DE LOS CONCIERTOS ANTERIORES
En el Teatro Coliseum, Madrid.
En Atarfe, Granada.
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