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Del Blog de Díaz-Pimienta

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POESÍA Y NOTICIAS: DOS POEMAS

Publicado por Alexis Díaz Pimienta el 23 agosto 2013 a las 10:13 pm
¿Qué tiempos son estos en los que parece un crimen hablar sobre los árboles porque es guardar silencio sobre tanta injusticia?, se quejaba Bertold Bretch a principio del siglo pasado. Y muchos heredamos la pregunta. Sobre todo los poetas. Aunque no suelo publicar en este blog poemas ajenos (craso error: lo enmendaremos) hoy me enorgullece publicar un poema del poeta y amigo murciano, Joaquín Piqueras. Los poemas se explican solos, son "primo-hermanos", herederos directos de la pregunta brechtiana. Comencemos por el "visitante".




DESAYUNO CON CADÁVERES


la muerte acude con puntualidad británica
todas las mañanas a la hora del desayuno,
enciendes el televisor y observas
cómo tu fiel comensal te vomita encima
cadáveres revueltos con escombros...
ejerces tu derecho al zapeo y compruebas
ya sin hambre cómo el menú poco cambia:
muertes a la carta...
y es que el estómago del mundo 
no sabe de lindezas culinarias

                               (Joaquín Piqueras)



EL NOTICIÓMANO

para mi amigo Joaquín Piqueras, “compañero de mesa”



Como cada mañana de domingo
vas al quiosco más próximo a comprar la prensa.
Es un acto instintivo, involuntario, incondicionado,
el martillito que te golpea la rodilla... y vas.
Como cada mañana de domingo
te sientas a desayunar con el diario delante.
Café, “con dos de sangre, por favor”. Tostadas con cadáveres.
Y al jugo de naranja ponle un poco de pólvora.
Pareces tan feliz. Ellos muriendo y tú tan lejos.
Ellos sin pan y tú con gafas.
Ellos sangrando y tú leyendo titulares.
Cruzas las piernas debajo de la mesa. Mala señal.
Cruzas las manos al hojear el periódico. Mala señal.
Cruzas la vista para ver al lector de una mesa cercana. Mala señal.
No importa que sea domingo y verano y 10 de la mañana.
Todas las señales son nefastas.
Encima, el muerto de la foto parece conocido.
Todos los muertos de todas las fotos de todos los diarios
parecen conocidos.
Debe ser de otro diario, pero no te das cuenta.
De otro domingo, pero tú no lo sabes .
Del desayuno del domingo anterior, pero no lo recuerdas.
Otro café, “con menos sangre, por favor”.
Pero el martillito te golpea otra vez y pasas a otra página.
Dice el horóscopo que vas a ser feliz en el dolor.
Anuncia el meteorólogo lágrimas fuertes
y marejadas peligrosas para náufragos jóvenes.
Mete otro gol un futbolista parecidísimo
al cadáver de la página 7.
Mala señal. Algo te está sentando mal esta mañana.
Qué raro. Es domingo. Es verano. Hay sol y playa.
Pero sí. Estás mareado. Todo se mueve alrededor del pan.
Tal vez los cadáveres no estaban bien hechos.
Quizás la sangre del café estaba infectada,
caducada la pólvora. Ya no vale la pena comer fuera de casa.
Cada vez está peor la hostelería.
Da lo mismo la Costa del Sol, la Riviera francesa,
Cancún, Honolulu, las islas del Peloponeso.
Da lo mismo que leas The Time, Il Corriere,
Le MondeEl País, o el blog de algún amigo.
No vengo más, piensas de pronto.
No compro más la prensa.
No leeré nunca más las noticias.
Pero pobre de ti,
ya está otra vez el martillito en lo más alto

y babeas como el perro de Pavlov sobre el periódico.


Alexis Díaz-Pimienta
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