He terminado de leer -casi diría de vivir- Jano, de Alexis Díaz-Pimienta y ya tengo deseos de volver a leerla. Basada en hechos reales que el autor conociera de primera mano, en personajes reales que posiblemente yo también conociera. Que muchos conocimos.
Una novela en dos partes o quizá dos novelas en un tomo o quizá varias novelas en un solo libro, porque cada personaje se quedó en mi mente como un conocido de toda la vida, contando su propia realidad dentro y fuera de la maldita circunstancia.
Pensé que Jano sería una ficción sobre las humillaciones y la homofobia entre adolescentes, sobre las heridas visibles o no que deja una cultura a la vez machista y chapera, sobre los silencios temerosos, sobre mentiras cómplices y no. Es mucho más que eso, pero partiendo de esos estigmas. Es una historia de amistad, amor, supervivencia, compasión.
He leído Jano -o, mejor dicho: he vivido- recordando, paso a paso las veces que sufrí o dije o hice algo parecido a lo que sufren, dicen o hacen sus personajes. Leyendo Jano he revivido fragmentos desconcertantes, dolorosos y también algunos divertidos de mi vida. Leyendo Jano por primera vez encontré explicación a muchos de esos recuerdos.
Jano es una narración paciente, calmada y a la vez trepidante y ruidosa. En cada capítulo de Jano, Alexis Díaz-Pimienta activa resortes que despiertan más curiosidad por saber qué pasará a continuación.
La parte final de la historia sorprende sin traicionar, resuelve sin cerrar y cierra, pero sin apagar la luz. Jano es de esos buenos libros que se quedan en la mente del lector mucho tiempo después de haberlo terminado. Me atrevo a pensar que es uno de esos buenos libros que se pueden leer dos o más veces y que siempre se encontrará algo nuevo en él.
Alexis Díaz-Pimienta tiene varios libros publicados y quiera Dios que muchos más próximamente. No puedo decir que Jano es su obra maestra, porque no los he leído todos, pero sí puedo afirmar que es una obra magistral. Me congratulo por haberla leído o mejor dicho: haberla vivido mientras la leía.
MARCOS GARCIA, el hijo de Teresa.
Agosto 2021.